En medio de los violentos incidentes que se produjeron en el Congreso, la oficina que ocupa la vicepresidenta fue alcanzada por los proyectiles lanzados por algunos manifestantes. A raíz de esto, su hijo tuvo que auxiliarla para ser retirada del lugar.
La oficina que ocupa la vicepresidenta fue alcanzada por los proyectiles lanzados por algunos manifestantes durante los incidentes de esta tarde .
Nadie sabía cómo iba a terminar. Ninguno imaginó que serían protagonistas por las piedras y no por los votos. Faltaban apenas minutos para las tres de la tarde, cuando una primera piedra astilló el vidrio del despacho más importante del Congreso de la Nación. Después vinieron más piedras, vidrios rotos, gritos, puteadas. Adentro, estaban Cristina Fernández de Kirchner con su hijo Máximo y los senadores Oscar Parrilli y Anabel Fernández Sagasti.
Esta tarde, mientras agrupaciones de izquierda se manifestaban desde temprano en contra de la aprobación de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), un grupo menor comenzó a arrojar bombas molotov y piedras contra la policía y contra la fachada del Congreso. Muchos de esos piedrazos que los manifestantes tiraron contra el edificio, ingresaron en el despacho de la vicepresidenta de la Nación.
Todos en la Cámara de Senadores, igual que en Diputados, sabían que la vicepresidenta estaba en el edificio; la seguridad se refuerza cuando ella está. Los movimientos son otros. Al despacho de Cristina se ingresa por el frente del Congreso, sus ventanas dan hacia la avenida Entre Ríos con una vista privilegiada de la plaza y la Avenida de mayo. En el momento en el que comenzaron los piedrazos, Cristina estaba en ese despacho con su hijo y dos de los senadores de su mayor confianza.
Según pudo reconstruir , una piedra pasó a pocos centímetros del rostro de la vicepresidenta. Cristina pudo esquivar el cascote, pero no los vidrios rotos de las ventanas que le cayeron encima. Máximo y Fernández Sagasti la ayudaron a abandonar el despacho, la evacuaron del primer piso de la Cámara.
La sesión comenzó a las 14.30 con 137 diputados presentes. En ese momento Máximo no estaba sentado en su banca, sino en el despacho de Cristina. Las piedras comenzaron media hora después y el ex jefe del bloque del Frente de Todos se quedó con Cristina en otro despacho del primer piso del Senado hasta que la situación se calmó. Desde el entorno de la Presidente del Senado, informaron que, justamente, el diputado Kirchner demoró su llegada al recinto, donde se debate el acuerdo con el Fondo, porque estaba asistiendo a su madre.
Nadie confirma si el jefe de La Cámpora participará o no del debate. Ninguno descarta un golpe de efecto, todos esperan su próximo movimiento. ¿Habrá más sorpresas?